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Obesidad Infantil: ¿Qué es?, consecuencias y mucho mas.

La obesidad infantil es una enfermedad crónica que afecta a muchos niños a nivel mundial, aquí te contamos su origen, causas y que hacer para combatirlo. (Ver artículo: Remedios caseros para subir de peso).

Obesidad infantil

¿Qué es?

La obesidad infantil es considerada como un problema de salud pública del siglo XXI, una enfermedad grave que afecta tanto a niños y como a adolescentes. La obesidad se produce por la acumulación excesiva de grasa en el cuerpo como consecuencia de una ingesta desmedida e inadecuada de comida aunada a una falta de actividad física. (Ver artículo: Batidos hipercáloricos).

Hay que saber diferenciar entre obesidad y sobrepeso. Se considera que una persona tiene sobre peso cuando su peso está por encima del recomendado en relación con la talla  y esto se calcula con IMC (índice de masa corporal). Se considera que existe sobrepeso cuando el IMC se encuentra entre 25 y 29,9, mientras que a partir de un IMC 30 se estima que la persona es obesa.

Distintos estudios han relacionado el sobrepeso en la infancia con la obesidad al llegar a la edad adulta. Y los  médicos sugieren que hay que prevenir y tratar los problemas de sobrepeso desde la niñez para así evitar que este tipo de trastorno y las enfermedades que se relacionan con los mismos disminuyan la calidad de vida de la persona adulta.

Síntomas

Los síntomas principales que se originan a corto plazo como consecuencia de la obesidad infantil son:

  • Mayor posibilidad para sufrir de hipertensión e hipercolesterolemia (deben controlarse siempre en niños con sobrepeso).
  • Poca adaptabilidad al ejercicio.
  • Mayor posibilidad de sufrir episodios de asma.
  • Problemas psicológicos como aislamiento, depresión y ansiedad originados por el aislamiento y el bullying de sus compañeros, o el impedimento para rendir en los deportes y juegos.
  • La acumulación del exceso de grasa debajo del diafragma y en la pared torácica puede ejercer presión en los pulmones, causando dificultad para respirar y ahogo, inclusive con un esfuerzo mínimo.
  • Dificultades para participar socialmente al sentirse aislado.

  • Problema para dormir, bien sea que, se origina de los ronquidos y despertarse frecuentemente (apnea del sueño). Como consecuencia de esto el niño durante el día  está en un estado de somnolencia, que puede reducir el rendimiento escolar.
  • Posibilidad de que se pueda originar una infiltración de grasa en el hígado, lo que se reflejaría en las analíticas de sangre y en la ecografía hepática.
  • Problemas óseos debido al arqueamiento de las piernas y mayor riesgo de rotura de la cabeza del fémur.
  • La obesidad puede producir diferentes problemas ortopédicos, inclusive, dolor en la zona inferior de la espalda (lumbalgia) y agravamiento de la artrosis, especialmente en las caderas, rodillas y tobillos.

  • Las complicaciones cutáneas son también habituales. Debido a que las personas obesas tienen una superficie corporal escasa en relación a su peso y no pueden eliminar el calor del cuerpo de manera eficaz, por lo que sudan más que las personas delgadas.
  • Cuadros a nivel neurológico que llegan a simular tumores cerebrales por aumento de la presión intracraneal.
  • De la misma manera también, es frecuente la hinchazón de los pies y los tobillos, producida por la acumulación a este nivel de pequeñas a moderadas cantidades de líquido (edemas).
  • Síndrome metabólico: se origina cuando hay determinadas alteraciones analíticas como consecuencia de la obesidad, como alteraciones de las enzimas del hígado, colesterol, iones, ácido úrico, entre otros.

Causas de obesidad infantil

Son múltiples las causas y los factores que ocasionan la obesidad infantil, desde un problema genético, o el entorno familiar, quien condiciona al niño a un estilo de vida inapropiado, entre otras más que a continuación detallaremos. (Ver artículo: Frutas para subir de peso).

  • Factores genéticos

Las posibilidades de que un niño sea obeso aumenta considerablemente cuando sus padres también lo son (tiene cuatro veces más probabilidades de desarrollar obesidad si uno de sus padres es obeso, y ocho veces más si ambos progenitores lo son).

No obstante, en esta relación no solo influye la herencia genética (facilidad para aumentar de peso, inadecuada distribución de la grasa corporal), sino el estilo de vida de la familia como la preferencia por determinados alimentos o formas de cocinarlos que aumentan la ingesta calórica, así como un escaso gasto de energía debido a la poca o nula actividad física.

El niño generalmente seguirá los mismos hábitos familiares, lo que favorecerá el aumento de peso ya durante la infancia.

  • Factores psicológicos

En ciertos momentos, tanto niños como adultos, encuentran en la comida una recompensa, como una forma de mitigar sus carencias y frustraciones.

Pueden comer cuando se sienten tristes o inseguros, para así olvidar sus problemas, también por estrés o por aburrimiento.

Los alimentos escogidos suelen aportar poco valor nutritivo y mucha cantidad de calorías (dulces y golosinas, aperitivos como papas fritas industriales y similares). En estos casos, los niños pueden estar imitando las conductas que han observado en sus mayores.

  • Factores socioeconómicos.

En algunas ciudades, las personas tienen recursos y acceso limitados a los supermercados. En consecuencia, suelen elegir alimentos precocinados que no se echan a perder de forma rápida, así como comidas congeladas y galletas saladas y dulces.

Asimismo, es probable que las personas que viven en barrios de bajos ingresos no tengan acceso a lugares seguros donde hacer ejercicio.

  • Falta de ejercicio.

Los niños que no tienen demasiada actividad física tienen más posibilidades de subir de peso ya que no queman tantas calorías.

Pasar demasiado tiempo en actividades sedentarias, como mirar televisión que, además de tratarse de una actividad sedentaria que sustituye a otras en las que sí se consume energía, facilita que se siga comiendo, o jugar videojuegos, también favorece al problema ya que suman horas al sedentarismo infantil, especialmente a partir de los siete u ocho años, y han sustituido a otras actividades como juegos y deportes al aire libre.

  • Dieta.

Comer regularmente alimentos con muchas calorías, como las llamadas comidas chatarras (hamburguesas, perros calientes), productos horneados y tentempiés de máquinas expendedoras, puede hacer que el niño aumente de peso fácilmente.

Las golosinas y los postres asimismo pueden causar aumento de peso y cada vez hay más pruebas de que las bebidas azucaradas, como los jugos de frutas  o las gaseosas, sean culpables de la obesidad de algunas personas.

Consecuencias

La obesidad infantil puede acarrear ciertas dificultades para el bienestar físico, social y emocional de los niños.

Consecuencias físicas

Entre las dificultades físicasse pueden contar las enfermedades, limitaciones y problemas visibles en el cuerpo que acarrera el sobrepeso.

  • Diabetes tipo 2.

Es una enfermedad crónica que altera la manera en la que el organismo del niño utiliza el azúcar (glucosa). La obesidad y un modo de vida sedentario aumentan el riesgo de padecer diabetes tipo 2.

  • Síndrome metabólico.

Este conjunto de trastornos puede colocar al niño en peligro de sufrir enfermedades cardíacas, diabetes u otros problemas de salud.

Los trastornos implican, presión arterial alta,alto nivel de azúcar en sangre, niveles elevados de triglicéridos, niveles bajos de colesterol HDL (“bueno”) y abundancia de grasa abdominal.

  • Nivel de colesterol alto y presión arterial alta.

Una alimentación incorrecta puede inducir a que el niño muestre estas dos dolencias o una de ellas. Estos elementos pueden ayudar a la acumulación de placas en las arterias. Estas placas pueden hacer que las arterias se estrechen y endurezcan, lo que puede causar un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular más adelante en la vida.

  • Asma.

Los niños con sobrepeso u obesos pueden tener más posibilidades de tener asma. (Ver artículo: Batidos para aumentar la masa muscular en piernas y glúteos).

  • Trastornos del sueño.

La apnea obstructiva del sueño es un desorden potencialmente grave por el cual la respiración del niño se detiene y se reanuda repetidas veces mientras duerme.

  • Esteatosis hepática no alcohólica.

Este trastorno, que por lo general es asintomática, produce que se acumulen depósitos grasos en el hígado. La esteatosis hepática no alcohólica puede producir la formación de cicatrices y daño al hígado.

Consecuencias sociales y emocionales.

El sobrepeso no solo afecta el cuerpo, también deja grandes huellas en la mente y el espiritu de los niños, tanto por la discriminación que puede sentir, como por la burla de los compañeros. Veamos un poco sobre esto.

  • Baja autoestima y ser objeto de intimidaciones.

Los niños en muchas ocasiones les hacen bullying,  se burlan de sus compañeros con sobrepeso o los fastidian, y en consecuencia, estos sufren una pérdida de la autoestima y tienen un mayor riesgo de caer en una depresión.

  • Problemas de comportamiento y aprendizaje.

Los niños con sobrepeso tienen tendencia a ser más ansiosos y tener menos habilidades sociales que los niños de peso normal.

Estos conflictos podrían originar que los niños que tienen sobrepeso tengan un mal comportamiento y alteren el orden   en el salón de clases o a que se aíslen socialmente.

  • Depresión.

La baja autoestima puede propiciar  sensaciones angustiosas y a su vez desesperanza que pueden provocar depresión en algunos niños que tienen sobrepeso.

Diagnóstico de obesidad infantil

La forma más frecuente de determinar si un paciente sufre obesidad es calcular su índice de masa corporal (talla y peso corporal), por el cual se obtiene la cantidad de grasa corporal y, dependiendo de los resultados, se podrá determinar cuáles son los posibles riesgos para la salud. (Ver artículo: Gen FTO).

Asimismo se toma en cuenta la cintura, cifras de tensión arterial, lipidemia y glucemia. También se toman en cuenta los antecedentes familiares o personales de obesidad, hábitos nutricionales, entorno social y factores psíquicos.

El índice de masa corporal (IMC) es una medida muy utilizada para determinar el grado de obesidad de las personas.

Para  poder calcular el IMC se debe usar la siguiente fórmula:

El cociente entre el perímetro de la cintura y el perímetro de la cadera suministra información  de importancia sobre la distribución de la grasa corporal.

Ello es de sumo interés en relación con las enfermedades asociadas a la obesidad, toda vez que la distribución abdominal de la grasa se asocia a un riesgo mayor desde el punto de vista médico que la distribución periférica de la grasa.

El riesgo es, aun, mayor en las mujeres con más de 88 cm de cintura y en los hombres con más de 102 cm de cintura. A partir de esto, el especialista podrá determinar si se ha producido algún daño colateral en el resto del organismo y diagnosticarlo para su tratamiento.

Prevención

Cuando observamos que un niño  está en riesgo de tener sobrepeso o aunque actualmente tenga un peso saludable, puedes tomar medidas para que todo vaya o siga yendo por el buen camino.  (Ver artículo: Metabolismo rápido).

Como padres se puede seguir una serie de pasos para prevenir la obesidad en los niños.

  • Restringe el consumo de gaseosas o bebidas endulzadas con azúcar que consume el niño.
  • Procura que consuma muchas frutas y vegetales.
  • Procurar comer en familia lo más a seguido posible.
  • Restringe las salidas a comer, particularmente a sitios de comida rápida (comida chatarra).
  • Equilibra el tamaño de las porciones de comida de acuerdo con la edad del niño.
  • Restringe las horas frente al televisor y frente a otras pantallas como computadora, video juegos.
  • Cerciórate, asimismo de que el niño vaya al médico para practicarle los exámenes del niño sano al menos una vez al año.

En esa consulta, el médico mide la estatura y el peso del niño y calcula su IMC. Un aumento en el IMC en el transcurso de un año es un probable signo de que está en riesgo de tener sobrepeso.

En países como en España, el Ministerio de Sanidad y Consumo puso en marcha desde el año 2005 la estrategia NAOS (Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad),

Comprende todos los ambientes posibles a nivel individual, familiar y comunitario por medio de empresas, colegios, sistema sanitario y municipios.

El programa PERSEO (Programa piloto escolar de referencia para la salud y el ejercicio contra la obesidad) se basa en realizar en centros escolares, un cúmulo de actividades orientadas a alumnos de educación primaria comprendidas entre edades de 6 a 10 años, involucrando a su vez a la familia del alumnado y a todo en entorno escolar.

Entre sus acciones a realizar se encuentran:

  • Valorar antropométricamente (peso, estatura, circunferencia del brazo y espesor del pliegue cutáneo) a los niños (al inicio y al final del programa).
  • Instruir a escolares, familiares, directivos escolares y profesores.
  • Orientar a los comedores escolares.
  • Orientar sobre actividades extraescolares.

Los objetivos claves de este tipo de programas consisten en fomentar la adquisición de una alimentación equilibrada y de un movimiento regular de actividad física entre los escolares.

Emprender actividades que impulsen la adquisición de hábitos de vida saludables; educación en colegios, implicación de comedores escolares.

Predisponer un ambiente de colaboración con las empresas del sector alimentario para producir productos más sanos y regular la publicidad y Marketing alimentario.

Impulsar la temática de la obesidad y sobrepeso por medio del SNS (Sistema Nacional de Salud).

Llevar un seguimiento y evaluar las medidas propuestas y los resultados logrados.

Descubrir tempranamente la obesidad y evitar que avance con evaluaciones clínicas realizadas por profesionales sanitarios de atención primaria.

-Como prevenir la obesidad infantil desde el hogar:

La familia debe incentivar que el niño realice actividades  físicas y cuidar de su alimentación haciéndole partícipe.

Algunos pasos a seguir son:

  • Hacer de la alimentación algo entretenido: el niño debe ser participe en la compra, en la preparación de comidas, en la preparación de la mesa, se le debe dar cierta responsabilidad.
  • La comida debe impresionar y el círculo familiar educar: los padres deben instruirse para explicar a sus hijos para qué sirven los alimentos, sus funciones en el cuerpo, cuánto se necesita de cada alimento.
  • Hacer la comida apetitosa: cocinar los alimentos de distintas formas, combinando alimentos y sirviéndolos en la mesa de manera llamativa, la familia debe jugar con las texturas, los colores, las formas.

  • Tener variedad en la alimentación para conseguir una dieta nutritiva: es importante comer de todos los grupos de alimentos (frutas, verduras, carnes, pescados, cereales, legumbres, lácteos.).
  • Tener un equilibrio: es importante disfrutar en familia del momento de la comida o de la cena, en un ambiente relajado y tranquilo; siguiendo un orden a la hora de la comida: primer plato, segundo plato y postre.
  • Realizar las cinco comidas diarias: las tres comidas básicas del día deben ser el desayuno, el almuerzo y la cena. Es importante que también los niños coman a media mañana y merienden ya que están en edad de crecimiento y los alimentos deben distribuirse a lo largo del día para que el cuerpo obtenga de ellos los nutrientes que necesita.
  • La dieta debe ser equilibrada y sana: Familiarizarse con  el menú del colegio para complementarlo con el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena.

Hay que elegir los alimentos con menos grasa, con poca sal, muchos vegetales (verduras, frutas, legumbres y cereales integrales) y en cantidades acordes a su apetito y a sus necesidades.

Deben prevenir el consumo usual de dulces, gaseosas, chucherías, bollería industrial, papas fritas de bolsa y similares o comida chatarra como hamburguesas y pizzas.

  • Practicar actividades extra escolares deportivas: el niño debe distribuir su tiempo en tiempo de estudio, tiempo de relax, y tiempo de juego obviando la computadora, la televisión, los vídeos juegos e incentivando los juegos de grupo que involucren gasto energético.

Tipos de obesidad infantil

La obesidad infantil se clasifica en dos tipos: central o androide y periférica o imoide. La primera es la más grave y puede derivar en  importantes complicaciones patológicas.

La obesidad central localiza la grasa en el tronco y predispone a sufrir desórdenes metabólicos, en especial la diabetes tipo 2 y las dislipemias (altos niveles de lípidos, colesterol, triglicéridos o ambos). (Ver artículo: Dietas para celiacos).

La obesidad periférica acumula el depósito de grasa de la cintura para abajo y causa problemas de sobrecarga en las articulaciones.

-Obesidad mórbida

La obesidad mórbida es una de las enfermedades más características de nuestra época, en especial por el número de complicaciones que tiene asociadas.

Para tratarla es necesaria la realización de una cirugía, debido a que las dietas no proporcionan ningún tipo de resultado. Las técnicas para reducirla son de dos tipos: reseccionistas, orientadas a inducir una mala absorción de los alimentos, o restrictivas.

Las segundas son menos agresivas, ya que no hace falta resecar nada; es suficiente con disminuir el tamaño del estómago para que el paciente no pueda comer grandes cantidades.

La cirugía reseccionista es el único modo de que el enfermo pierda peso en muchos casos de obesidad mórbida.

Las técnicas reductoras tienen menos efectos secundarios, pero no se pierde peso con la misma facilidad.

Las técnicas  quirúrgicas existentes que se pueden practicar para la obesidad mórbida son tres: la gastroplastia vertical o técnica de Maxon, la gastroplastia con banda gástrica ajustable o el «by-pass» gástrico.

Tratamiento para la obesidad infantil

Siempre será recomendable la prevención de la obesidad  antes de llegar al tratamiento, podemos iniciar un tratamiento desde que advertimos un sobrepeso. El tratamiento para la obesidad infantil dependerá de la edad del niño y de si tiene otras enfermedades.

El tratamiento por lo general radica en hacer cambios en los hábitos alimenticios y en el nivel de actividad física. (Ver artículo: Consumo de proteínas).

En algunos casos, el tratamiento también podría incluir medicación o una cirugía para adelgazar.

En relación a los niños con sobre peso la Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics)  aconseja que los niños mayores de 2 años y los adolescentes cuyo peso se sitúe en la categoría de “sobrepeso”, intervengan en un programa de mantenimiento para detener el avance del aumento de peso.

Este programa permite que el niño crezca en estatura, pero no aumente de peso, de manera que, con el paso del tiempo, el índice de masa corporal (IMC)  se reduzca a un nivel más saludable.

  • Tratamiento para niños con sobre peso.

Se puede animar a los niños obesos cuya edad promedio se encuentre  entre 6 y 11 años a cambiar sus costumbres para alimentarse  para que  adelgace de manera paulatina no más de 1 libra (o alrededor de 0,5 kilogramos) por mes.

Se puede animar a los niños más grandes y a los adolescentes que son obesos o gravemente obesos a cambiar su forma de alimentarse para perder hasta 2 libras (o alrededor de 1 kilogramo) de peso por semana.

Las técnicas para que el niño mantenga el peso o adelgace son los mismos: El niño requiere tener una dieta saludable, ya  sea en qué tipo de alimentos ingerirá como la cantidad e incrementar la actividad física.

El éxito dependerá, en gran parte, del apoyo y la constancia que tenga  el adulto con el niño  para ayudarlo a hacer estos cambios.

  • Alimentación saludable

Los adultos son  quienes compran los alimentos, preparan las comidas y deciden dónde se come. Inclusive las mínimas modificaciones pueden hacer una gran diferencia en la salud del niño.

Cuando se compren alimentos es recomendable, elegir frutas y vegetales. Reducir la cantidad de alimentos precocinados, como galletas dulces, galletas saladas y comidas preparadas, que por lo general tiene un alto contenido de azúcar, grasas y calorías. Hay que tener siempre listos bocadillos saludables.

Restringe las gaseosas o bebidas azucaradas. Esto abarca las que contienen jugo de fruta. Estas bebidas aportan poco valor nutricional y una gran cantidad de calorías. Asimismo pueden hacer que al niño se le quite el hambre y ya no quiera comer alimentos más saludables.

Restringe la comida rápida llamadas comúnmente, comida chatarra. Varias de las opciones del menú tienen un alto contenido de grasas y calorías.

Se recomienda que la familia unida compartan,  todos juntos la mesa a la hora de ingerir los alimentos. Haz que sea un momento para compartir novedades y contar historias.

No se debe permitir que el niño coma delante del televisor, la computadora o los videojuegos, debido a que esto puede ocasionar que coma muy rápido y que no preste atención a la cantidad de comida que consume.

Se recomienda servir porciones de tamaños apropiados. Los niños no necesitan tanta comida como los adultos. Permite que el niño coma hasta que esté satisfecho, aunque deje comida en el plato.

Incluso cuando salgan a comer a restaurantes, recuerda que los tamaños de las porciones suelen ser demasiado grandes, en este caso comparta la comida con el niño para ajustar la ración adecuadamente.

  • Actividad física

Para lograr un peso saludable y mantenerlo, principalmente en el caso de los niños, es algo fundamental, la actividad física. Esto permite quemar calorías, fortalece los huesos y los músculos, y ayuda a los niños a dormir bien en la noche y a mantenerse alertas durante el día.

Los buenos hábitos que se forman en la infancia, ayudan a los adolescentes a mantener un peso saludable a pesar de los cambios hormonales, el rápido crecimiento y las influencias sociales que, con frecuencia, animan a comer en abundancia. También, los niños activos tienen mayores posibilidades de convertirse en adultos que se mantendrán en forma.

Para aumentar el nivel de actividad del niño:

Restringe el tiempo delante del televisor y la computadora. El tiempo que se dedica a mirar televisión o a usar computadoras, teléfonos inteligentes o tabletas se conoce como “tiempo de pantalla”.

Los niños  menores de 18 meses deben evitar el tiempo de pantalla, salvo para las videoconferencias con familiares y amigos. Para los niños en edad preescolar más grandes, restringe el uso de pantallas a 1 hora por día de programación de alta calidad.

Insiste en la actividad, no en hacer ejercicio. Los niños deben hacer actividad moderada a enérgica durante al menos una hora al día.

La actividad del niño no tiene que ser un programa de ejercicios organizado; el propósito es lograr que se mueva. Las actividades de juego libre, como jugar al escondido, a la mancha o saltar la cuerda, pueden ser excelentes opciones para quemar calorías y mejorar el estado físico.

Se recomienda buscar actividades que  al niño le gusten. Para dar un ejemplo, si al niño le gustan las artes  plásticas, pueden salir a caminar y en la naturaleza buscar hojas y piedras o palitos que pueda utilizar para hacer un collage.

Si le gusta trepar, pueden ir al parque infantil o al muro de escalada del barrio más cercano. Si al  niño le gusta leer, entonces  pueden acudir a la biblioteca de la comunidad en busca de un libro, pueden ir caminando o vayan en bicicleta.

  • Medicamentos

Es probable que a algunos adolescentes les receten medicamentos como parte de un plan general para adelgazar.

No se tiene conocimiento real de los riesgos de tomar un medicamento de venta con receta a largo plazo, y aún sigue en duda el efecto del medicamento sobre el adelgazamiento y el mantenimiento del peso en los adolescentes.

  • Cirugía para adelgazar

La cirugía para adelgazar puede ser una alternativa para los adolescentes extremadamente obesos que no han logrado adelgazar mediante cambios en su estilo de vida.

No obstante, como con cualquier tipo de cirugía, hay posibles riesgos y complicaciones a largo plazo. Por otra parte, no se tiene mucho conocimiento acerca de las secuelas a largo plazo de la cirugía para adelgazar en el crecimiento y el desarrollo futuros.

La cirugía para adelgazar en adolescentes no es muy habitual. Pero es posible que el médico recomiende esta cirugía si el peso del joven  constituye una amenaza mayor para la salud que los probables riesgos de la cirugía. Es importante que todo niño que sea considerado para una cirugía para adelgazar se reúna con un equipo de especialistas pediátricos, entre ellos, un endocrinólogo, un pediatra, un psicólogo y un nutricionista.

Se debe tener en cuenta que la cirugía para adelgazar no es una cura milagrosa. No es garantía que un adolescente vaya a bajar todo el exceso de peso ni que pueda mantener el peso nuevo a largo plazo. La cirugía tampoco sustituye la necesidad de seguir una dieta saludable y realizar actividad física de forma regular.

Dieta

En la actualidad se hace muy difícil fijar una dieta determinada en los niños y adolescentes esto debido  lo que implica la restricción de alimentos y la dificultad de aceptación que esto implica.  (Ver artículo: Alimentos para engordar piernas).

Por lo cual, es preferible hablar de “pautas alimentarias” que básicamente es un plan organizado pero abierto enfocado en disminuir el aporte energético, minimizar el contenido calórico de los alimentos ingeridos y corregir las anomalías del patrón alimentario. Estas medidas dietéticas deben ser distintas, adaptarse a los hábitos familiares y a los gustos individuales de cada niño.

Hay que incentivar el consumo de alimentos bajos en calorías, pero ricos desde el punto de vista práctico, como las frutas y verduras, y el de alimentos integrales que se ingieren más despacio y admiten una mayor saciedad; evitar las grasas , los azúcares refinados, la bollería industrial y cocinar preferiblemente al horno, al vapor o a la plancha.

Del mismo modo, esta alimentación debe garantizar un aporte adecuado de calorías, proteínas, vitaminas y minerales, necesarios para el crecimiento y desarrollo del niño.

Sin embargo, la dieta mediterránea es una de las que brinda más diversidad de alimentos y beneficios para la salud. Aparte de ser una buena manera de luchar contra la obesidad, la dieta mediterránea ayuda a evitar enfermedades cardiovasculares, diabetes, algunos tipos de cáncer o el envejecimiento de las células.

Por todo esto, es una dieta que es perfectamente apta para los más pequeños de la casa.

Es una dieta que se fundamenta sobre todo en alimentos naturales: los requisitos diarios se basan  en cinco o seis unidades de fruta o verdura al día y prosiguen con un litro de agua, un vaso de leche (o dos yogures), cereales, pasta, arroz, pan y una cucharada de aceite de oliva.

Las carnes, huevos, pescados, legumbres y papas se deben ingerir una o dos veces a la semana, y los caramelos, bollos y refrescos azucarados sólo se recomiendan esporádicamente.

La dieta mediterránea de los niños varía levemente en relación a la aconsejada para los adultos: esta debe basarse en menos carnes grasas y más pescados y legumbres.

La gran diversidad de alimentos que ofrece la dieta mediterránea no sólo sirve para evitar futuros problemas de sobrepeso en los niños, sino que puede servir para incluirles diferentes tipos de comidas, particularmente los vegetales y las frutas.

De esta manera, igualmente se estimula la adquisición de un hábito alimentario más saludable para su futuro.

Obesidad infantil y actividad física

Una parte fundamental del tratamiento para combatir la obesidad  infantil y prevenir el sobrepeso, se basa en los ejercicios.  (Ver artículo: Sobrepeso).

El ejercicio, como actividad física acelera el metabolismo del organismo. Permite el desarrollo y la función correcta de todos los órganos del cuerpo humano, esto aunado a una dieta equilibrada, es la mejor manera de prevenir la obesidad infantil.

Son múltiples los estudios que han probado que cuanto antes se establezca el hábito de realizar  ejercicio físico en los niños,  mayores son las posibilidades de que esta actividad se conserve cuando sean adultos.

Si bien ciertas instituciones médicas internacionales aconsejan que la práctica de ejercicio se empiece a partir de los dos años de edad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) determina que los niños deben iniciarlas a partir de los 5 años de edad por lo menos 60 minutos de actividad física moderada o intensa al día.

En la actividad física moderada está  incluida la marcha a paso ligero y andar en bicicleta en terreno llano. El ejercicio intenso es aquel que hace que el niño sude e inclusive llegue a agitarse, como sucede en los deportes de equipo o correr.

Para un niño, específicamente hasta los ocho años de edad, obeso o con sobre peso, que juegue, este físicamente activo y reciba clases de  deportes en el colegio no es suficiente.

Por eso se recomienda a los padres que busquen actividades físicas complementarias, pueden llevarlos a un parque o sitios al aire libre donde puedan desarrollar sus juegos sin peligro junto a otros niños de su misma edad, una hora de juegos en estas condiciones, con carreras y saltos será suficiente.

No obstante, es recomendable que los niños se inicien lo antes posible en una práctica deportiva, ya que esto puede mejorar significativamente su desarrollo.

Es muy importante que la actividad física en niños de hasta  8 años de edad incluya ejercicios de psicomotricidad, coordinación, equilibrio y sentido del ritmo y del espacio. La práctica de las artes marciales o el baile son una extraordinaria forma de cubrir estas necesidades.

A partir de los 8 años y hasta los 12 años el ejercicio debe ayudar a su crecimiento provocando la resistencia, la fuerza y la flexibilidad. Es la época de iniciarse en deportes de equipo, que después les permita participar en competiciones y ganar así, en motivación e intensidad de esfuerzo por medio del entrenamiento.

De cualquier modo, la práctica de ejercicio físico deberá tomar en cuenta siempre los siguientes  factores:

  • Actividades aeróbicas:

Aumentan la resistencia física, esto comprende  cualquier deporte de equipo, fútbol, natación,  tenis, bicicleta, entre otros.

  • Actividades de fuerza:

Su finalidad es mejorar la fuerza muscular, para esto se pueden practicar disciplinas deportivas que involucren el uso del propio peso del cuerpo, como las artes marciales, la gimnasia deportiva, entre otros.

En el caso de adultos, el manejo de pesas podría ser una opción, pero en  los niños no se recomienda. Lo que sí se puede hacer es incluir en los entrenamientos de deportes de equipo el manejo de balones medicinales o la utilización de chalecos, muñequeras o tobilleras ligeramente cargados con peso.

  • Ejercicios de flexibilidad:

Es muy importante realizarlo  antes (calentamiento) y después (enfriamiento) de una sesión deportiva o de entrenamiento.

No debemos  olvidar que el mejor tratamiento de la obesidad infantil es su prevención. Y el cumplimiento de estas recomendaciones generales sobre la actividad física, además de conservar hábitos saludables de alimentación, lo que será una excelente forma de lograr este propósito.

Obesidad infantil y diabetes

Obesidad y diabetes son dos enfermedades que van unidas, por lo que el sobrepeso puede tener más consecuencias negativas de las que piensas. En las últimas décadas del siglo pasado ya se pudo observar que la forma de vida de las sociedades opulentas se relacionaba directamente con la cantidad de personas con sobrepeso. (Ver artículo: Alimentos altos en calorías).

El cuerpo humano no está preparado para el estilo de vida occidental, lo que se entiende como comida chatarra, una dieta abundante en grasas, poco consumo de frutas, hortalizas, verduras y legumbres unidas a una actividad física muy escaza.

Esto trae como consecuencias muy evidentes la obesidad y con ella todas las enfermedades que se asocian a esta, donde se destaca notablemente la diabetes. Ambas se unen bajo la designación de “diabesidad”, que ya es considerada como la epidemia del siglo XXI.

Ser diabético y ser diagnosticado durante la etapa infantil se puede asociar a varios factores los cuales se  relacionan con las costumbres y modo de vida que se esté siguiendo. Un modo  de vida sedentario apoyado en una mala alimentación y la ausencia de actividades físicas ha incrementado el porcentaje de obesidad infantil, y por consiguiente, el riesgo de padecer diabetes.

Se debe tener presente que la obesidad y diabetes infantil están relacionadas en torno a la diabetes tipo 2, Ya que la diabetes tipo 1 se relaciona con un trastorno autoinmune del organismo, y no con este problema.

En el caso de la manifestación de la diabetes en niños como consecuencia de un problema de sobrepeso,  los padres son quienes deben afrontar la responsabilidad y asumir los riesgos que esta enfermedad presenta, pero, ¿cómo hacerlo? .Dependiendo de la edad, los cuidados variarán.

0 a 3 años

Aparte  de determinar una alimentación y hábitos de vida apropiados, en este periodo se deberá  tener exclusivo cuidado en cuanto a que:

  • No se originen cuadros de hipoglucemia.
  • comprender que el niño no asocia el tratamiento de la diabetes a su bienestar y, en consecuencia, el cuidado debe ser mayor sin caer en la sobreprotección.

4 a 7 años

Si bien los padres siguen siendo los responsables de ello, hay que explicarle al niño que la diabetes no le influye en su día a día, pero que debe seguir unas pautas.

En este período el niño debe comprender las causas que han llevado a la relación obesidad y diabetes infantil y por qué no puede realizar determinadas actividades y por qué debe tener ciertos cuidados.

8 a 11 años

Durante esta época el niño ya debería estar consciente, en diversas oportunidades, de lo que significa la diabetes y qué debe hacer o que acciones puede tomar  para controlarla.

Si bien los padres  deben ser  los principales  responsables de garantizar los niveles adecuados de glucosa y evitar la tendencia al  sobrepeso, será el niño quien comience a tomar decisiones en cuanto a las actividades del día a día. No es tarea  fácil hacerle entender  a un niño que obesidad y diabetes infantil van unidos. No obstante, tendrán que tener la capacidad  de entender los pasos a seguir en caso de haberla desarrollado.

Desnutrición y obesidad infantil

Si bien la desnutrición y la obesidad son antagónicas, las dos conforman un problema de salud a nivel mundial. Las causas más comunes de desnutrición son, haber presentado bajo peso al nacer, ser hijo de una madre adolescente, la ingesta de alimento insuficiente y un entorno económico de pobreza.  (Ver artículo: Enfermedades por obesidad).

La leche materna se considera  el primer alimento para contrarrestar  enfermedades alimenticias, ya que contiene una dieta rica en grasas, carbohidratos, proteínas, vitaminas y minerales, óptimas para el desarrollo del niño. Los bebés que no lactan tienen un mayor riesgo de contraer diabetes y obesidad por el alto consumo de la leche de fórmula.

Es importante destacar que no siempre la desnutrición está relacionada  a la falta de alimento, igualmente se le atribuye a una dieta inapropiada  por la falta de conocimiento de los padres de cuales  alimentos son los más apropiados para el óptimo crecimiento y desarrollo de sus hijos.

Cuando un niño tiene una talla y un peso inferior a los niños de su edad, la desnutrición comienza a ser visible. Esta situación igualmente aparece en su bajo rendimiento escolar, en la disminución de su actividad física y los trastornos del sueño.

En el transcurso de los  primeros cuatro meses, los bebés deben aumentar un promedio de  750 gramos por mes. En los siguientes cuatro meses aumentan alrededor  de 550 gramos, y en los últimos cuatro meses, antes de cumplir su primer año, suben aproximadamente 250 gramos por mes.

Asimismo,  en los próximos l cuatro años  debe aumentar un promedio de dos kilos por año. Cualquier aumento o disminución en este peso significa un síntoma de desnutrición o malnutrición y sobrepeso.

Por otra parte, un niño con sobrepeso tiene, aparte de riesgos físicos, problemas sicológicos debido a que su peso puede afectar los huesos y articulaciones, producir enfermedades cardiovasculares, diabetes, cansancio, baja autoestima y depresión.

Si no se controla a tiempo el aumento de peso puede sufrir burlas y rechazos que podrían dar origen a trastornos alimenticios como bulimia y anorexia en la adolescencia.

La lactancia materna practicada de manera exclusiva hasta los seis meses de edad es fundamental para proteger a los bebés de desnutrición y sobrepeso. Posteriormente, se debe complementar una dieta rica en vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos, entre otros.

Obesidad infantil y juvenil

La obesidad infantil y juvenil, como  anteriormente hemos explicado, está considerada como uno de los trastornos nutricionales más comunes en los países desarrollados. Si bien la obesidad se especifica como el exceso de tejido graso, la mayor parte de la masa grasa se encuentra depositada bajo la piel y en las vísceras. (Ver artículo: Delgadez extrema).

En los niños, los depósitos grasos se encuentran en la mayor parte bajo la piel, mientras que en adolescentes y adultos, se crean depósitos grasos en el interior del abdomen. Cerca del 95% de niños obesos, muestran obesidad nutricional a consecuencia de una ingesta enorme de energía y un reducido gasto calórico (obesidad simple o exógena).

El otro (5%) de niños obesos presentan la llamada obesidad orgánica (intrínseca o endógena), asociada repetidamente a síndromes dismórficos, patologías del sistema endocrino y lesiones del sistema nervioso central. Cuando se desarrolla obesidad infantil, se tiene la tendencia a acumular la grasa en la zona del abdomen, mientras que en los adolescentes predomina una obesidad más generalizada, distribuyéndose la grasa de manera uniforme

Panorama de la obesidad infantil en el mundo

El sobrepeso y la obesidad son los primordiales factores de riesgo de las principales causas de muerte en todo el mundo. Esto quiere decir  que, a nivel mundial, una gran parte de la tasa de mortalidad se relaciona con el sobrepeso.

No es algo fácil  conseguir  información especificada por país, ya que no hay una única manera de establecer y medir la incidencia del sobrepeso entre los integrantes de una sociedad. Si bien existen algunos métodos establecidos, como el IMC (índice de masa corporal), actualmente no se cuenta con información detallada para todos los países del mundo.

Según los datos suministrados por la Organización Mundial de la Salud, en todo el mundo, el número de lactantes e infantes (0 a 5 años) que sufren de  sobrepeso u obesidad pasó de 32 millones en el año 1990 a 42 millones en el año 2013. Se calcula que si la tendencia continúa, el número de lactantes y niños pequeños con sobrepeso aumentará a 70 millones para el año 2025.

Aquí le mostramos  los diez países con las mayores tasas de sobrepeso y obesidad infantil.

1- México (69.5%).

2- Estados Unidos (68%).

3- Nueva Zelanda (62.6%).

4- Australia (61.4%).

5- Reino Unido (61.4%).

6- Irlanda (61%).

7- Islandia (60.2%).

8- Canadá (60%).

9- Chile (59.7%).

10- Grecia (58.4%).

México

Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016, de México aseveró que México ocupa el primer lugar en obesidad infantil a nivel internacional. Como indican  las cifras publicadas,  tres de cada 10 niños, entre los cinco y los once años de edad, tienen un grado de sobrepeso importante, lo que se convierte en el aumento de los casos de diabetes tipo 2.

Según indica el endocrinólogo pediatra, Armando Dávalos Ibáñez, este flagelo lo sufrimos en las décadas de los años 1970 a 1990, tiempo en la que la obesidad se sobreestimó al punto de ser considerada hasta parámetro de “belleza” en la población infantil. Lo anteriormente expuesto  se fortalecía con la imagen de un famoso bebé que se exhibía en comerciales de alimentos infantiles.

Chile

Chile actualmente es considerado el primer país en la lista de obesidad infantil en América latina y en sexto lugar a nivel mundial. Según un estudio del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), el incremento de la obesidad en Chile no se detiene.

La posibilidad verdadera de que Chile progrese en la disminución de la obesidad y se consagre como un país saludable, demanda de una definición política de todo el estado. Por lo siguiente, tiene que reforzarse los diferentes  sectores para el desarrollo de un plan que incentive los estilos de vida saludable.

Los altos índices de obesidad infantil que se pueden observan en Chile, son asociados  en gran parte, a las carencias en los programas de educación física y formación de profesores lo que entorpece la prevención del sedentarismo en los niños.

España

Los países mediterráneos son los que tienen un mayor porcentaje de niños y niñas obesos en Europa, según un estudio  la Iniciativa Europea de Vigilancia de la Obesidad Infantil de la Organización Mundial de la Salud (OMS), países como, Italia, Chipre, España, Grecia, Malta y San Marino, encabezan la lista del continente, con un porcentaje de obesidad entre los niños de entre un 18% y un 21% y entre un 9% y un 19% en el caso de las niñas.

En España, cerca de un 40% de los niños tienen sobrepeso u obesidad, una cifra en la que solamente sobresale Chipre. Entre ellos, el 19% de los niños (casi uno de cada cinco) y un 17% de las niñas sufren obesidad. Datos, realmente preocupantes“

Argentina

Argentina es el segundo país de la región con mayor tasa de sobrepeso infantil, solo superado por Chile. El 40% de los niños tienen sobrepeso y obesidad y la problemática va en ascenso.

El sobrepeso y la obesidad perjudican al 37% de los chicos de 10 a 19 años que se atienden en centros de salud públicos del país y el porcentaje aumenta a medida que aumenta la edad, según un informe presentado por la Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación.

A través del  apoyo de Unicef, el estudio analizó los índices de unos tres millones de niños, niñas y adolescentes de 0 a 19 años que recibieron la asistencias del programa Sumar, que cubre las necesidades de salud de quienes no tienen otras coberturas, entre 2014 y 2016.

La obesidad infantil y adolescente no solo es un grave problema de salud pública con alto impacto económico, sino que incrementa el ausentismo en las escuelas, la segregación entre compañeros y genera un menor rendimiento escolar.

Perú

La obesidad y el sobrepeso en el Perú están alcanzando niveles alarmantes. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), es el país de América donde la obesidad infantil  ha crecido más rápido en los últimos años.

Las cifras lo confirman: en Perú, el sobrepeso y obesidad en niños entre los 5 y 9 años obtiene el 24.6% de la población, es decir que 1 de cada 4 menores ya muestra una acumulación excesiva de grasa en su cuerpo.

Entre los niños de 0 a 5 años, el estado también es alarmante, ya que la obesidad y el sobrepeso afectan al 7.6% de esa población, lo que quiere decir que, a su escaza  edad, 1 de cada 10 pequeños ya tiene un problema de peso.

Estados unidos

Los niños estadounidenses siguen aumentando considerablemente de peso, con el incremento más acentuado en la obesidad entre los niños de 2 a 5 años de edad, según expresa el estudio publicado en la revista médica Pediatrics.

En el  reciente estudio, los investigadores valoraron información de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) extraída de una muestra distintiva a nivel nacional de más de 3,000 niños.

Confrontaron el índice de masa corporal (BMI) obtenido en el año 2013 y 2014 con el BMI reportado en el año 2015 y 2016.

Las conclusiones de este estudio son muy importantes, ya que muestran cómo el riesgo de ser obeso a edades más avanzadas comienza en las edades tempranas de la vida, sobre todo en los que tienen sobrepeso ya a los 5 años.

A nivel nacional, se han realizado muchos esfuerzos para contrarrestar este flagelo, como lo fue la Campaña de Let’sMove [Vamos a movernos] de la Primera Dama, Michelle Obama.

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