La desnutrición crónica es una condición que se desarrolla cuando los niños no consumen el alimento balanceado adecuado de nutrientes en sus primeros 3 años de vida, lo que produce el retraso en su desarrollo mental y físico. Si desea saber más acerca de esta enfermedad continué leyendo este articulo…
¿Qué es?
La desnutrición crónica se especifica como una forma de falla de crecimiento que origina retrasos tanto físicos como cognitivos en el crecimiento y el desarrollo. El retardo en el crecimiento, igualmente conocido como falla de crecimiento lineal, se especifica como la incapacidad de alcanzar una altura potencial para una edad específica, y es la medida más común manejada para identificar la desnutrición crónica.
No obstante, el crecimiento atrofiado es solo una parte de la desnutrición crónica. En comparación con los niños a los que se les ha ofrecido oportunidades óptimas para crecer y desarrollarse, un niño con desnutrición crónica será afrontado a alcanzar la misma estatura, posiblemente no desarrollará la misma capacidad cognitiva y poseerá un mayor riesgo de defectos de salud deficientes a lo largo de la vida.
Cerca de 200 millones de niños sufren de desnutrición crónica, y el 90% de estos niños viven en Asia y África. En nueve países, más del 50% de los niños menores de cinco años sufren enfermedades crónicas de desnutrición. Dos países asiáticos están clasificados con la mayor prevalencia de desnutrición crónica y son Afganistán y Yemen con el 59% y el 58% respectivamente. Guatemala, el país latinoamericano, posee la tercera. La tasa más alta de desnutrición crónica con 54% en predominio. (Ver artículo: Calorías en las Frutas )
La ventana de oportunidad, o período crítico de crecimiento y desarrollo entre la preconcepción y los 2 años de edad, es el período en que un niño es más sensible a los impactos de una mala nutrición. La desnutrición crónica, comprendido el retraso en el crecimiento, es un ejemplo significativo de un desafío global que comprende múltiples sectores, particularmente la salud, la agricultura y el medio ambiente.
Hoy en día no se terminan de examinar los conceptos actuales sobre las causas y efectos de la desnutrición crónica y su relación con múltiples sectores. Entender las causas incluye abordar la desnutrición crónica desde los niveles básicos e inmediatos. Las causas van desde las influencias ambientales a nivel macro hasta la ingesta específica de micronutrientes.
Para poder afrontar eficazmente el retraso en el crecimiento, es significativo comprender el momento en que se origina este retraso y la capacidad de los individuos para ponerse al día en términos de crecimiento lineal, capacidad cognitiva y funciones inmunológicas. Las consecuencias de la desnutrición crónica son transgeneracionales y poseen un impacto en el individuo a nivel comunitario y nacional, a corto y largo plazo.
Aún hay numerosas lagunas en el conocimiento con respecto tanto a las causas como a las secuelas de la desnutrición crónica, especialmente cuando se trata de la interacción con la agricultura y el medio ambiente, y concebir estos términos es importante para afrontar la carga de la desnutrición crónica a través de intervenciones basadas en la evidencia.
Síntomas de la Desnutrición Crónica
El retraso en el crecimiento es el síntoma que se emplea con más frecuencia en la lista de efectos de la desnutrición crónica y se mide como la altura o la medida para la edad. Además de los déficit de altura, otros síntomas de malnutrición crónica son la discapacidad cognitiva, disminución de las habilidades motoras y función inmunológica comprometida.
Los síntomas de la desnutrición crónica pueden empezar durante la concepción y consiguen tener un efecto duradero a lo largo de toda su vida. Como reacción a la desnutrición en el útero, un niño puede nacer más pequeño y con un sistema inmunológico deformado. De manera equivalente, un niño puede responder a la desnutrición en la infancia con una tasa de crecimiento más lenta. Estas reducciones pueden reflexionarse como una técnica de supervivencia del cuerpo humano para adaptarse a las condiciones más duras. (Ver artículo: Obesidad Infantil)
A partir de la concepción, la genética de un niño interactúa con las influencias ambientales para afrontar los efectos de salud y nutrición. Las influencias ambientales incluyen los nutrientes adquiridos en el útero, desde la lactancia materna, y mediante la introducción de varios alimentos complementarios durante el destete.
Las influencias ambientales igualmente incluyen efectos negativos, como la exposición potencial a infecciones virales, bacterianas y parasitarias debido a circunstancias de higiene y saneamiento deficientes. Debido a la ventana de oportunidad, el mayor periodo de velocidad de crecimiento ocurre entre la concepción y los 2 años. Esto encierra el crecimiento físico y el desarrollo de habilidades motoras luego del nacimiento.
Después de 2 años, el crecimiento se desacelera hasta la pubertad. El desarrollo del sistema musculo-esquelético demanda nutrientes específicos para desarrollarse normalmente. Desde el nacimiento hasta los 3 años, el cerebro crece en complejidad y es muy sensitivo a las influencias ambientales. El proceso de desarrollo neurológico requiere una disponibilidad apropiada de energía, proteínas y ácidos grasos, así como micronutrientes, incluido el hierro.
Otros signos de malnutrición son:
- Apetito reducido.
- Falta de interés en comidas y bebidas.
- Sentirse cansado todo el tiempo.
- Sentirse más débil.
- Enfermarse frecuentemente y tardar mucho tiempo en recuperarse.
- Heridas que tardan mucho tiempo en sanar.
- Falta de concentración.
- Sentir frío la gran parte del tiempo.
- Estado de ánimo bajo o depresión.
Causas
Desde un enfoque más amplio, la desnutrición crónica es causada por la falta de nutrientes específicos en momentos determinados en la primeros años de vida , y suele relacionarse con una situación socioeconómica deficiente, particularmente en los países en desarrollo. La presencia de retraso en el crecimiento en un individuo o comunidad no se emprende simplemente suministrando la cantidad adecuada de nutrientes. Las causas de la desnutrición crónica se tornan más complejas cuando se considera cómo y cuándo se proporcionan estos nutrientes
Las causas de la desnutrición crónica son multidimensionales, lo que crea diversos desafíos para comprender la condición y hallar soluciones a través de intervenciones políticas. No hay una sola causa raíz de la desnutrición crónica. Las estrategias futuras para afrontar la desnutrición crónica requieren la colaboración de múltiples sectores y una diversidad de partes interesadas en los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales, la comunidad de donantes y el sector privado.
Las causas básicas se ven reflejadas en los procesos estructurales y políticos en cada sociedad, que incluyen problemas sociales, económicos, ambientales y políticos que llevan a la falta o distribución desigual del capital. El capital contiene recursos financieros, humanos, físicos, sociales y naturales. Las otras causas se centran en la seguridad alimentaria de los hogares, la atención adecuada y las prácticas de alimentación, el acceso a los servicios de salud y la residencia en un ambiente saludable.
Las causas inmediatas son a través de una ingesta inadecuada de alimentos y enfermedades. Históricamente, las políticas y los programas concentrados en el crecimiento económico han impactado los resultados de salud a través de un mayor acceso a los servicios de salud y una mejor calidad de los servicios de los mismos. De manera más ordinaria, el crecimiento económico, si es equitativo, conlleva a un mayor poder adquisitivo de los hogares.(Ver artículo: Sobrepeso)
Más allá de los factores económicos y políticos, los factores culturales pueden jugar un papel significativo en el crecimiento infantil. Los factores culturales, que han manifestado ser importantes para el retraso en el crecimiento, son la autonomía de las mujeres y las prácticas de fertilidad. En los hogares indios, el estado de una mujer está relacionado con el orden de nacimiento de ella o de su esposo, que puede establecer la cantidad y la calidad de los recursos dedicados tanto a la madre como al niño.
La falta de vitaminas y minerales básicos dentro de la dieta, que también se conoce como el “hambre oculta”, es una deficiencia de ciertas vitaminas y nutrientes puede llevar a condiciones concretas, como la desnutrición crónica, y la deficiencia, inclusive en uno solo puede ser un factor limitante para el crecimiento. Asimismo es importante reconocer que cuando hay una deficiencia de micronutrientes hay una alta posibilidad de que haya múltiples deficiencias a nivel inmunológico.
Desnutrición crónica infantil
La desnutrición crónica infantil, es generalmente relacionada con una inflamación del intestino delgado, y afecta a uno de cada cuatro niños menores de cinco años. Es la primordial causa de mortalidad infantil en países de bajos ingresos y además es responsable de retraso del crecimiento severo. La desnutrición crónica afecta a uno de cada cuatro niños menores de cinco años en todo el mundo.
Se cobra más de 3 millones de vidas cada año y se traduce en una disminución del desarrollo físico y cognitivo, principalmente en el crecimiento atrofiado, que puede ser dificultoso de superar. Con el tratamiento tradicional, se suministran a los niños afectados micronutrientes, una dieta balanceada y alimentos abundantes para el tratamiento de infecciones relacionadas, pero solo podemos corregir el 30% de los retrasos en el crecimiento.
La desnutrición crónica no solo está relacionada a la falta de alimentos, sino también se asocia con problemas inmunitarios y la inflamación intestinal crónica, cuya labor aún no se conoce completamente. Los orígenes y las secuelas de esta firma microbiana en el intestino, que es característica de la desnutrición crónica, aún están por dilucidarse, inclusive si las teorías iniciales ya están surgiendo. Sabemos que los niños afectados por la desnutrición igualmente suelen poseer una higiene bucal deficiente y padecen resfriados repetidos.
La prevalencia de la desnutrición crónica y el retraso del crecimiento entre los niños, en los hogares urbanos más pobres del 20% en África y Asia-Pacífico es más del doble, y casi cuatro veces más alta en América Latina y el Caribe. La mayoría de los niños atrofiados viven en países de ingresos bajos y medianos, con la mayor proporción en los países Africanos, donde el 35% de todos los niños menores de 5 años padecen retardo del crecimiento, y el mayor número absoluto en los países asiáticos, donde 96 millones de niños menores de 5 años se atrofian.
A nivel mundial, en las últimas décadas, la prevalencia de retraso del crecimiento ha decaído. No obstante, la prevalencia de retraso del crecimiento en África se ha mantenido estancada en igualdad con otras regiones. La caída mundial se debe principalmente a Asia oriental y el Pacífico, donde el retraso en el crecimiento se redujo en un 71% entre 1990 y 2011. (Ver artículo:Dieta Nutritiva )
En la actualidad, el 80% del número total de niños atrofiados vive en solo 14 países; incluyendo India, Nigeria y Pakistán. Estos países poseen desafíos de desarrollo variados y contextuales, que en general pueden estar radicados en la alta pobreza, los conflictos pasados y actuales, y los desastres naturales. Estos desafíos poseen un impacto en la probabilidad de resultados de nutrición deficientes. Los síntomas de malnutrición crónica en un niño pueden incluir:
- No crece a la velocidad esperada o no aumenta de peso como regularmente se esperaría.
- Cambios en el comportamiento, como ser inusualmente irritable, lento o ansioso.
- Niveles de energía bajos y cansados a comparación de otros niños.
Diferencias entre desnutrición crónica y aguda
Los tipos de desnutrición se clasifican en dos categorías generales, aguda y crónica. La desnutrición aguda, que se demuestra más frecuentemente, se observa con insistencia en entornos temporales o cíclicos, como emergencias, depresiones estacionales y ambientes de enfermedades altamente infecciosas. A nivel mundial, más niños menores de 5 años son atrofiados crónicamente que agudamente; 165 millones en comparación con 52 millones en 2011, respectivamente. No obstante, es probable que más niños mueran por ser agudos que atrofiados.
Existen protocolos específicos basados en la evidencia para el tratamiento de la desnutrición aguda moderada y grave. No obstante, no existen procedimientos estandarizados para el tratamiento de la desnutrición crónica o el retraso del crecimiento. Las causas de la desnutrición crónica son diversas, al igual que las consecuencias, que logran ser tanto a corto como a largo plazo. La desnutrición aguda es una epidemia catastrófica.
En todo el mundo, unos 55 millones de niños menores de cinco años padecen malnutrición aguda, 19 millones de los cuales padecen el tipo más grave, la desnutrición aguda grave. Cada año, 3,1 millones de niños mueren de este tipo de desnutrición. El cuerpo humano requiere energía y nutrientes para funcionar. Si la ingesta de alimentos es incorrecta, el cuerpo comienza a descomponer la grasa corporal y muscular, el metabolismo empieza a disminuir, la regulación térmica se descompone, el sistema inmunológico se debilita y la función renal se ve afectada.
La desnutrición se presenta en forma de deficiencias de micronutrientes, retraso del crecimiento, también conocido como desnutrición crónica, o desnutrición aguda. La desnutrición aguda es causada por una disminución en el consumo de alimentos o enfermedades que resultan en pérdida imprevista de peso. La desnutrición aguda frecuentemente es el resultado de un problema inmediato, una crisis provocada por una enfermedad o una privación debido a una escasez estacional, catástrofes repentinas u otras razones similares.
En oposición, la desnutrición crónica está más estrechamente relacionada con la pobreza, la inseguridad alimentaria crónica, la alimentación deficientes y los problemas de salud prolongados. Las consecuencias de cada condición son bastante diferentes. La desnutrición aguda se acompaña de un alto riesgo de mortalidad, donde el 14,6% de todas las muertes infantiles se atribuyen a la desnutrición aguda y a menos que se suministre el tratamiento adecuado, la tasa de mortalidad entre los niños que sufren de desnutrición grave es 8 veces mayor que la de los niños normales.
La desnutrición crónica así mismo, es un factor clave de la mortalidad infantil, pero es menos probable que sea la causa directa de la muerte. No obstante, la desnutrición crónica en los primero años de vida posee consecuencias duraderas en una amplia gama de otros resultados, como la capacidad de aprendizaje, la capacidad laboral futura, la capacidad de generar ingresos y la susceptibilidad a las enfermedades crónicas, lo cual posee efectos profundos en el desarrollo individual y social del individuo. (ver artículo: Delgadez Extrema )
Desnutrición Crónica Reagudizada
La desnutrición crónica reagudizada se define principalmente por tener un peso muy bajo para la altura, y por la pérdida severa visible o por la presencia de un edema nutricional. La disminución de la mortalidad infantil y la mejora de la salud materna dependen en gran parte de la reducción de la desnutrición, que es responsable, directa o indirectamente del 35% de las muertes de niños menores de cinco años.
Aunque la tasa de letalidad media de los menores de cinco años para la desnutrición crónica reagudizada, suele oscilar entre el 30% y el 50%, puede reducirse sustancialmente cuando se tienen en cuenta los cambios fisiológicos y metabólicos.
El tratamiento de la desnutrición crónica reagudizada de acuerdo con las directrices de la OMS, redujo la tasa de letalidad en un 55% en ambientes hospitalarios, y estudios recientes sugieren que tanto las comunidades, como los alimentos terapéuticos listos para usar, pueden utilizarse para controlar la malnutrición aguda grave en hábitats comunitarios.
La desnutrición crónica reagudizada es una afección potencialmente mortal que demanda un tratamiento urgente. Hasta hace poco, la recomendación era invitar a estos niños al hospital para que recibieran dietas terapéuticas junto con atención médica especializada. La situación cambió actualmente con la llegada de los alimentos terapéuticos listos para usar o RUTF, por sus siglas en inglés, que permiten el manejo en la comunidad de un gran número de niños que están gravemente desnutridos por encima de los 6 meses sin dificultades médicas.
Tratamiento para la Desnutrición Crónica
Las intervenciones prácticas son esenciales para apresurar la reducción de la desnutrición crónica infantil. Un buen estado nutricional y de desarrollo en recién nacidos y niños pequeños da como consecuencia beneficios en el ciclo de vida de su crecimiento. Esto incluye la disminución de la mortalidad y morbilidad infantil; aumento del desarrollo cognitivo, motor, social y emocional; progreso de los resultados académicos y la capacidad de aprender; y aumentando la productividad y capacidad de trabajo de las personas.
Las agencias gubernamentales, las organizaciones independientes y las escuelas pueden librar un papel en la prevención de la desnutrición. Las investigaciones apuntan que algunas de las formas más efectivas de prevenir la desnutrición incluyen suministrar pastillas de hierro, zinc y yodo, suplementos alimenticios y educación sobre nutrición a localidades en riesgo de desnutrición. (ver: artículo Dieta Hipercalórica)
El tratamiento de la desnutrición, por otro lado, frecuentemente implica enfoques más individualizados. Si sospecha que usted o alguien que conoce está desnutrido, hable con un médico lo antes posible. Un proveedor de atención médica puede valorar los signos y síntomas de la desnutrición y recomendar intervenciones, como trabajar con un dietista para desarrollar un esquema de alimentación que puede contener suplementos.
La desnutrición en los niños frecuentemente es causada por condiciones de salud a largo plazo, para las cuales a menudo se requiere un tratamiento hospitalario. Pero este no es el caso de todos los niños con desnutrición crónica. El tratamiento puede involucrar:
- Cambios en la dieta, como comer alimentos ricos en energía y nutrientes.
- Apoyo a las familias para tratar los factores que afectan la ingesta nutricional del niño.
- Tratamiento para cualquier condición médica subyacente produciendo su desnutrición.
- Suplementos vitamínicos y minerales.
- Suplementos nutricionales de alta energía y proteínas, si los otros tratamientos no son suficientes por sí solos.
Los niños con desnutrición crónica requieren ser alimentados y rehidratados con gran cuidado, por lo que no se les puede proporcionar una dieta normal de inmediato. Corrientemente, necesitarán atención especial en el hospital. Una vez que están lo bastantemente bien, pueden volver progresivamente a una dieta normal y continuar en casa.
Es significativo que el tratamiento se controle regularmente para asegurarse de que esté funcionando correctamente. Se tomarán mediciones habituales de peso y altura, con derivación a servicios especializados si no hay mejoras.
Para las personas que no logran comer lo suficiente para satisfacer las necesidades de su cuerpo, por ejemplo, porque poseen problemas para tragar, es posible que se requiera una forma alternativa de conseguir nutrientes. Esto puede incluir:
- Un tubo que se pasa por la nariz hasta el estómago, llamado tubo nasogástrico.
- Un tubo que se coloca directamente en el estómago o el intestino a través de la piel del abdomen.
- Una solución que posee nutrientes que se alimentan directamente a la sangre a través de un tubo en una vena.
Estos tratamientos habitualmente se inician en el hospital, pero se pueden continuar en casa si la persona está lo adecuadamente bien.
Desnutrición Crónica en adultos
Es importante asegurarse de que se cumplan los requisitos nutricionales en todas las edades ya que obtener una nutrición adecuada durante el envejecimiento puede ayudar a promover la buena salud. La desnutrición crónica en adultos, es la escasez persistente o la mala absorción de uno o más nutrientes característicos que normalmente se obtienen a través de una dieta completa y equilibrada.
La desnutrición crónica en el adulto es una enfermedad provocada por la falta de nutrientes en el organismo, sus resultados incurren en la aparición de variaciones en el crecimiento, desarrollo y sostenimiento de la salud. Por lo que manifestar sus signos y síntomas a tiempo, es esencial. La ingesta nutricional apropiada es muy importante durante la adultez. Obtener una nutrición adecuada es una necesidad crítica para los ancianos, ya que al igual que los bebés son propensos a tolerar menos las enfermedades.
La desnutrición crónica no es rara. En un estudio de más de 4.500 personas ancianas de diferentes países, casi la mitad de los encuestados tenían riesgo de desnutrición y casi una cuarta parte se diagnosticó como desnutrida. Los riesgos de desnutrición crónica son graves y pueden incluir un aumento de las posibilidades de infección, una recuperación más lenta de una enfermedad o lesión y un aumento frecuente de la mortalidad.
Por lo tanto, es importante que las personas hagan un esfuerzo para obtener suficiente nutrición a medida que envejecen. El ejercicio y una vida social activa son conductas de estilo de vida que también pueden ayudar a aumentar el apetito.
Pero sobre todo, es importante consumir alimentos nutritivos fácilmente disponibles en el mercado y hacer cambios dietéticos sutiles para mejorar la ingesta de alimentos, que son formas importantes de evitar la desnutrición durante la adultez. Igualmente se define por un exceso de agua extra-celular, la falta de potasio y de masa muscular, y asimismo se asocia a la disminución de tejido graso que obstaculiza la respuesta de las enfermedades y los procedimientos que son empleados. Los pacientes con desnutrición crónica pueden presentar signos de:
- Malabsorción y diarrea.
- Poca interacción con nutrientes.
- Boca seca.
- Náuseas.
- Poco apetito en el consumo de los alimentos
Existen tres tipos de desnutrición crónica en el adulto mayor, y estas son:
- Desnutrición calórica: es una enfermedad crónica que perturba ampliamente a la ingesta de alimentos, en ella se concibe una pérdida muscular extendida y desaparición de grasa subcutánea.
- Desnutrición proteica: empieza con un inicio y desarrollo rápido, produciendo una reducción de los depósitos de proteína visceral. Esta debe tomarse en cuenta ya que la apariencia del adulto mayor no se ve tan perjudicada.
- Desnutrición mixta: En ésta los individuos previamente presentan un grado de desnutrición calórica y que además sufren un proceso agudo lo que produce una desnutrición calórica-proteica, la misma que surge cuando no se obtienen los requerimientos proteicos precisos.